#MiércolesdeSeguimiento
En la Unidad de Cuidado Animal (UCA) en Bogotá, una perrita con alma noble y mirada ancestral sigue esperando su oportunidad. Princesa Tin no es un perro común: su porte esbelto, su agilidad y su pelaje tricolor recuerdan a los Dingos australianos, esos enigmáticos canes que recorren las llanuras de Oceanía. Pero más allá de su apariencia, ella no tiene nada en común con estos perros salvajes. Princesa Tin es una perrita domesticada, sociable y noble, criada en un entorno urbano y con un único deseo: encontrar una familia que la ame.
El 9 de septiembre de 2023, Princesa Tin y otros 14 perros fueron rescatados de un parqueadero abandonado. Allí, entre el asfalto y la indiferencia, sobrevivían en la sombra, sin refugio, sin caricias, sin más certeza que el hambre. Cuando el Escuadrón Anticrueldad llegó hasta ellos, encontró cuerpos esqueléticos, miradas temerosas y corazones rotos. Ella estaba ahí, con su pelaje cubierto de polvo, sus orejas en alerta y su desconfianza a flor de piel.
Uno a uno, sus compañeros encontraron un hogar. Pero ella, la perrita con el alma de un Dingo, sigue esperando.
Hoy, con dos años de edad, Princesa Tin es un milagro en proceso. Al principio, se encogía ante las caricias, esquivaba las manos que solo querían darle amor. Pero con paciencia, cuidados y tiempo, comenzó a abrirse al mundo. Ahora, aunque aún es reservada con los desconocidos, cuando confía se entrega por completo. Es juguetona, curiosa y leal, una compañera ideal para quien entienda que la paciencia siempre trae las mejores recompensas.
Su tamaño mediano la hace perfecta para cualquier espacio. Su pelaje corto, en tonos arena, blanco y café, resalta su elegancia natural. Su energía es equilibrada: le encanta explorar, recibir premios y aprender cosas nuevas. No es solo un animal de compañía ; es un espíritu noble que busca a su alma gemela humana.
Adoptar a Princesa Tin no es solo abrirle la puerta de casa, sino también del corazón. No es un animal cualquiera: es una sobreviviente, una luchadora, una perrita que vio lo peor de la humanidad y aún así está dispuesta a confiar de nuevo.
Si alguna vez soñaste con la lealtad de un perro especial, aquí, en Bogotá, hay una que espera por ti.